INTRODUCCIÓN

Según el estudio “Incrementos y rigideces de los salarios en Colombia” publicado en la Revista de Economía de la Universidad del Rosario (Iregui, 2011), existen categorías salariales muy estrictas en el mercado laboral colombiano. Este estudio, realizado a partir de una encuesta a más de 1000 empresas colombianas, explora los mecanismos de fijación de los salarios, al analizar la naturaleza y las fuentes de su rigideces, teniendo en cuenta diferentes sectores económicos, el tamaño de las empresas y la categoría ocupacional de los empleados.

Como es de esperarse, las empresas con mayor capital o inversión extranjera tienen los recursos suficientes para contratar a los profesionales mejor calificados del mercado laboral, por lo que la pregunta aquí sería cómo determinan quién es el más cualificado. La manera como estas grandes empresas responden a la pregunta de a quién contratar o cómo se contrata es de relevancia inmediata para los profesionales recién egresados en Colombia. A su vez, los aspirantes a programas de pregrado toman en consideración el posible posicionamiento laboral que pueda tener la universidad que elijan (Broecke, 2015).

A este respecto surgen preguntas relacionadas: ¿depende de la universidad la cualificación de sus egresados?, ¿las universidades más visibles pueden garantizar un alto posicionamiento de sus egresados?, ¿cómo garantizar un acceso más equitativo a las oportunidades laborales por parte de los recién egresados de programas de pregrado en Colombia? Estas dudas, aunque relevantes, son en cierta medida complejas de responder. Una forma de acercarse a la problemática de la forma en que las empresas en general asignan los salarios a sus recién contratados (proceso en su mayoría confidencial) es caracterizando el salario promedio devengado de los recién egresados por universidad (Mattar y González, 2013). Ahora, una de las formas más comunes de clasificar a las universidades es a través del ranking, el cual es un posicionamiento hecho por una entidad nacional o internacional con base en criterios de calidad educativa, instalaciones, calidad de la investigación, etc. A pesar de que los criterios de clasificación suelen diferir de un ranking a otro, el orden de posicionamiento de una universidad particular no cambia de manera significativa. Es por esto que el ranking ha servido de variable base para diversos estudios, como el realizado por Mattar (2013) para analizar las universidades colombianas o el de Reyes (2016) para estudiar la calidad educativa en Chile.

Por otro lado, el salario de los egresados ha sido, desde hace algunos años, variable de interés para estudios socioeconómicos, como el de Krueger y Summers (1988), y Blanchflower y Oswald (1994), entre otros, debido no solo a la importancia del aporte de los recién graduados al valor agregado del sector público y privado, sino también como indicador clave de la articulación entre academia y mercado laboral (González y Ospina, 2015).

Sin embargo, en Colombia los estudios llevados a cabo en este aspecto han analizado el comportamiento de promedios salariales segregados por género (Cortés y Flórez, 2016) o por región (Galvis, 2010) mas no por universidad. Por esta razón, el presente estudio planea servir de base para futuros análisis salariales a partir de las distintas variables que lo afectan: la universidad de donde es egresado el profesional (que es la pregunta que se aborda acá), en conjunto con el género, la región o la condición social del egresado (en futuros estudios).

MARCO DE REFERENCIA

Según Buchmann y Hannum (2001), la estratificación en la educación ocurre cuando las condiciones de la estratificación socioeconómica de un conglomerado promueven un acceso inequitativo a las oportunidades educativas en una región específica. Cuando esto sucede, el acceso a la educación y a la formación de buena calidad no depende del esfuerzo y el mérito de cada persona, sino de elementos como la clase social, el estrato económico, el género, el grupo racial, la riqueza familiar, la ausencia de discapacidades, el acceso a vivienda urbana, etc.

El estudio del fenómeno de la estratificación en la educación no es nuevo. Los primeros análisis fueron hechos en las décadas de los cincuenta y los sesenta por investigadores como Anderson (1956) y Foster (1963), quienes se interesaron en los procesos de desigualdad en el acceso a la educación en países en vía de desarrollo, principalmente, porque las sociedades en vía de desarrollo ofrecen condiciones de contraste mucho más claras que las de países industrializados (Buchmann y Hannum, 2001; Denice, 2015; Roksa, 2011); en particular, poseen clases sociales mucho más diferenciadas, sistemas educativos que varían en su grado de institucionalización y estructuras ocupacionales que se caracterizan por bajos niveles de desarrollo económico (Buchmann y Hannum, 2001; Navarro Chávez y Favila Tello, 2013).

Sin embargo, los estudios de estratificación educativa tomaron un nuevo rumbo cuando los investigadores identificaron el rol de la “función de la escolarización formal y su relación con el surgimiento de nuevos patrones de diferenciación social” (Buchmann y Hannum, 2001, p. 77). En otras palabras, parece ser que la estratificación y la desigualdad social no solo alimentan la estratificación en la educación, sino que esta última ayuda a fortalecer, a su vez, la desigualdad social. Es decir, todo parece indicar que hay una relación bidireccional y proporcional entre la estratificación social y la educativa; la desigualdad social produce desigualdad educativa, y la última fortalece la primera (Blau y Duncan, 1967).

Lo anterior se debe, en principio, a que quienes tienen oportunidad de acceder a una mejor educación estarán mejor calificados para ocupar cargos con mejores ingresos, que les permitirán acceder a bienes, seguridad social y, en general, tener un mejor nivel de vida, pagar una mejor educación a sus hijos y así perpetuar el ciclo (Anderson, 1956). De hecho, al respecto se han hecho investigaciones en distintos países para medir el impacto social de la existencia de la estratificación en la educación; en Estados Unidos y Europa, autores como Josipa Roksa (2011) y Moris Triventi, Panichella, Ballarino, Barone y Bernardi (2016) han encontrado que la estratificación en la educación tiene una relación directa con la desigualdad social en el mercado laboral; el tipo de programa universitario, el campo de estudio y la calidad de la institución de donde es egresado el estudiante determinarán su rango salarial y tipo de cargo (operacional, administrativo o directivo) a ocupar.

Aun así, este impacto es mucho más profundo en países en vías de desarrollo. En México, por ejemplo, se ha encontrado que, a pesar de que la educación es un factor determinante en la movilidad social, es insuficiente para atacar las brechas sociales a las que se enfrentan poblaciones vulnerables en el mercado laboral (Yaschine, 2015), debido en parte a la gran desigualdad en la educación en todos los niveles, tanto pública como privada (Navarro y Favila Tello, 2013).

En el caso de Colombia, los (pocos) estudios hechos retratan un panorama de estratificación educación-sociedad similar al de México; los estudiantes de universidades privadas de bajos ingresos perciben la calidad educativa de su institución como “pobre”, deseando siempre estar en una universidad de mayor prestigio (Páez y Teelken, 2016).

Sumado a esto, tanto estudiantes como graduados manifiestan su incertidumbre en las condiciones de su ingreso al mercado laboral al ser conscientes de que carecen de habilidades esenciales para un puesto de alto rango (Páez y Teelken, 2016).

MÉTODO

RECOLECCIÓN DE DATOS

Para este estudio se recolectaron los datos de las bases de datos del Observatorio Laboral para la Educación Superior en Colombia (www.graduadoscolombia.edu.co), que es un sistema de información especializado para el análisis y el seguimiento de los egresados de programas de educación superior en Colombia en todos los niveles, y su empleabilidad en el mercado laboral colombiano.

De esta base de datos se tomó el salario promedio de los egresados a corte 2015 de todas las universidades o institutos de educación superior registrados en el Sistema Nacional de Instituciones de Educación Superior (SNIES).

Por otro lado, el ranking nacional de cada universidad colombiana se tomó de la página de Webometrics (http://www.webometrics.info/es). Este es un portal que desde el 2004 publica bianualmente los rankings de alrededor de veinticuatro mil universidades a nivel mundial. Los criterios que utiliza para establecer el ranking se presentan en la tabla 1.

Tabla 1. Indicadores con base a los cuales se determina el ranking en Webometrics
IndicadorDescripciónFuentePeso
PresenciaTamaño del dominio de la página de la institución; incluye todos los subdominios y los archivos en repositorios, como documentos en pdf.Google10%
VisibilidadNúmero de redes externas (subredes) que contienen vínculos a la página de la universidad.Ahrefs, Majestic50%
TransparenciaNúmero de citaciones de autores “top”.Google Scholar Citations10%
ExcelenciaNúmero de artículos en el primer diez porciento que hayan sido los más citados en veintiséis disciplinas.Scimago30%

Fuente: Ranking Web of Universities [Traducción propia]

PREPARACIÓN DE LOS DATOS

Después de depurar la base de datos de la variable salario, se hicieron tres categorías: salario bajo (de USD 274,6 a USD 501,6), salario medio (de USD 501,7 a usd 728,6) y salario alto (de USD 728,7 a USD 955,7)1.

A su vez, el ranking se agrupó en tres categorías: ranking alto (dentro de las primeras 97), ranking medio (a partir del puesto 98 hasta el 193) y ranking bajo (del puesto 194 en adelante).

ANÁLISIS DE LOS DATOS

Se realizó en Minitab® un resumen descriptivo de los datos y un análisis de tabulación cruzada y Chi-cuadrada con la agrupación de variables descrita, obteniendo la salida que se muestra en la tabla 2.

Tabla 2. Salida de minitab del análisis de Chi-cuadrado
RAltoRBajoRMedioTodo
Alto41510
Bajo29183784
Medio5062985
Todo832571179

Contenido de la celda: Conteo
Chi-cuadrada de Pearson = 13,174. GL = 4. Valor P = 0,010
Chi-cuadrada de la tasa de verosimilitud = 13,388. GL = 4. Valor P = 0,010

RESULTADOS

Se encontró que el salario promedio devengado por los recién egresados de programas de pregrado en Colombia es de COL 1 657 097 (USD 522,7), con un coeficiente de variación de 23,93% (gráfica 1).

Gráfica 1. Histograma de salarios en pesos colombianos de recién egresados en Colombia, 2015

Por otro lado, se encontró que solo un 5,6% de los recién egresados logran un salario de categoría alta (gráfica 2).

Gráfica 2. Distribución de salarios de los recién egresados en Colombia

Además, se encontró que las universidades con ranking medio y alto son las que tienen la mayor probabilidad de tener egresados devengando salarios dentro de las categorías más altas (gráfica 3).

Gráfica 3. Categorías salariales segregadas por ranking

Finalmente, del análisis de Chi-cuadrado, con un nivel de confianza del 95%, se concluye que las variables categoría salarial y ranking están asociadas (p-valor < 0,05).

DISCUSIÓN

La educación superior se concibe como el motor de la movilidad social (Buchmann, 2011), como aquel componente que permite mejorar la redistribución del ingreso y la riqueza en la sociedad. Este proceso es fundamental en países con altos índices de corrupción y desigualdad social y económica como Colombia, que por décadas ha sufrido las consecuencias de estos flagelos, materializados en el abandono estatal, la pobreza extrema, el surgimiento de grupos armados al margen de la ley y la inequidad de las oportunidades de acceso a la educación.

Sin embargo, los análisis preliminares mostrados en el presente documento proporcionan más evidencia para soportar la tesis de que el acceso a los altos ingresos (y, por ende, a las posiciones mejor remuneradas) por parte de los recién egresados no es un proceso meritocrático (tal como ya ha sido establecido desde otros enfoques y estudios). Pero, más aún, tampoco dependería de las capacidades del mismo trabajador certificadas por su título de pregrado.

Para este caso, el criterio está dado por la universidad de donde es egresado el candidato, significativa entre elegir un candidato recién egresado de la primera o de la segunda universidad. Sin embargo, los resultados muestran (gráfica 3) que existe una diferencia importante entre la categoría de universidades de ranking bajo con respecto a las de ranking medio y alto. Esto indicaría que, sin importar los contenidos curriculares, las habilidades desarrolladas o los docentes involucrados, un egresado de una universidad de ranking bajo no tiene las mismas oportunidades de acceder a cargos con ingresos medios o altos que uno de las universidades de ranking medio o alto.

Esta situación, como se mencionó, plantea interrogantes en cuanto a la equidad de acceso a los cargos mediana o altamente remunerados en el país para recién egresados del mismo programa académico, y cómo el centro educativo es un determinante en ello, independientemente de la idoneidad del egresado.

CONCLUSIONES

En esta primera aproximación se pudo encontrar evidencia a favor de una asociación entre la categoría salarial devengada por un recién egresado y el ranking de su universidad. Esto implica que el posicionamiento del nombre de la universidad puede llegar a ser un factor influyente en las condiciones salariales que le esperan al recién egresado de un programa de pregrado, lo cual no significa que este factor sea el único o sea independiente de la cualificación del recién egresado para realizar la labor para la que es contratado. Como se dijo en la introducción, el presente trabajo solo pretende aportar evidencias para investigaciones futuras acerca de esta asociación y qué otros factores influyen en la categoría salarial del recién egresado, en qué medida influyen y a qué tipo de cargos se accede (operativo o gerencial). Contestar a estas preguntas es determinante para conocer la estructura de la estratificación educativa en el país, que actualmente es un ámbito inexplorado y que, necesariamente, debe ser tenido en cuenta a la hora de diseñar políticas de Estado en términos sociales y educativos para mitigar el efecto de la desigualdad social y educativa en el país.

NOTAS

  1. Tasa de cambio al 25 de noviembre del 2016: USD 1 = col $3170.

REFERENCIAS