Artículo de Investigación
Vol 3 nº 2
Análisis comparativo de la estructura temporal en casos de depresión y esquizofrenia
Comparative analysis of the temporal structure in cases of depression and schizophrenia
Santiago Flórez Sánchez1
Recibido: 01/06/2021 Aprobado: 21/07/2021
Flórez Sánchez, S. (2020). Análisis comparativo de la estructura temporal en casos de depresión y esquizofrenia. Humanitas Hodie. 3(2). H32a4. https://doi.org/10.28970/hh.2020.2.a4
Resumen
A partir del marco teórico de la fenomenología husserliana —afín al reciente
enfoque dimensional de
clasificación psicopatológica—, este escrito propone un análisis comparativo de la depresión y la
esquizofrenia. Tras desarrollar algunas ideas básicas de Husserl (1973) sobre la descripción
fenomenológica
de la consciencia temporal, se profundiza en cómo estas bases teóricas pueden fundar una concepción
de las mencionadas enfermedades mentales. En este sentido, se apela principalmente a Fuchs (2001,
2005, 2007, 2013) y Ratcliffe (2012), quienes consideran que una anomalía en la experiencia de
posibilidad (entrañada en la consciencia temporal) daría la clave para precisar tanto la experiencia
depresiva
como la esquizofrénica. El resultado de este análisis comparativo señala que la diferencia entre las
psicopatologías en cuestión recae sobre el carácter de la anomalía de la experiencia de posibilidad:
mientras la
depresión apunta a una reducción de experiencias de posibilidad práctica, la esquizofrenia refiere a una
fragmentación de la consciencia temporal debido a una disfunción protensional.
Palabras clave: consciencia temporal, depresión, enfoque dimensional, esquizofrenia, experiencia
de
posibilidad, fenomenología, psicopatología.
Abstract
Based on the Husserlian phenomenology theoretical framework —in line with
the recent dimensional
approach of psychopathological classification—this paper proposes a comparative analysis of depression
and schizophrenia. After analyzing some of Husserl’s (1973) basic ideas on the phenomenological
description of temporal consciousness, this paper addresses how these theoretical bases can create a
conception of the aforementioned mental diseases. Therefore, we mainly appeal to Fuchs (2001, 2005,
2007, 2013) and Ratcliffe (2012), who consider that an anomaly in the experience of possibility
(embedded in temporal consciousness) would provide the key to pinpoint both depressive and schizophrenic
experience. The result of this comparative analysis points out that the difference between these two
psychopathologies lies in the nature of the anomaly of the experience of possibility: while depression
points to a reduction of experiences of practical possibility, schizophrenia refers to a fragmentation
of
temporal consciousness due to a protensional dysfunction.
Keywords: Temporal consciousness, depression, dimensional approach, schizophrenia, possibility
experience, phenomenology, psychopathology
Introducción
En las últimas décadas, el método fenomenológico —fundado por las investigaciones de Husserl— ha
ganado popularidad al analizar enfermedades mentales.
La influencia fenomenológica en algunos casos deviene una crítica al modelo de
clasificación psicopatológica establecido. El contexto es un debate contemporáneo
entre dos propuestas de clasificación: el clásico enfoque categorial —condensado
en el dsm— y el reciente enfoque dimensional —patente en el RDoC—. En términos generales, se discute
si las enfermedades mentales deben ser catalogadas
de acuerdo con listas de síntomas compiladas estadísticamente o deben apelar a
dimensiones de la conciencia humana (sin categorías psicopatológicas preestablecidas)2
. Aunque las particularidades del debate no son importantes aquí, debe resaltarse que, como se verá,
el siguiente análisis: (i) está orientado fundamentalmente
a la experiencia del sujeto, es decir, en primera persona; (ii) parte de una concepción
(husserliana) de dimensiones (perceptual, motriz, afectiva, intersubjetiva) de
la conciencia humana, y (iii) se propone situar dos experiencias patológicas (depresión y
esquizofrenia) en dicho marco fenomenológico.
Ahora bien, dentro de una concepción de la conciencia inspirada en Husserl, la
idea de síntesis pasiva es central. Una síntesis pasiva puede describirse como una operación
prerreflexiva de la conciencia orientada a establecer un acceso significativo al
mundo. Pero, entre las distintas síntesis pasivas, la más básica es la síntesis temporal:
“Time-consciousness is the original seat of the constitution of the unity of identity in
general” (Husserl, §16). La síntesis temporal es la condición de posibilidad primordial
de la experiencia con sentido. Por consiguiente, cobran especial importancia los testimonios que
describen la depresión como una experiencia ralentizada del tiempo o la esquizofrenia como una
experiencia fragmentada del tiempo. “Mental illnesses not
only interrupt the continuity of normal life. They can also be accompanied by a radical
change in subjective temporality, even to the point of a fragmentation of the experience
of the self in time” (Fuchs, 2013, p. 76). En este sentido, el presente análisis comparativo de la
depresión y la esquizofrenia está dirigido específicamente a distinguir estas
patologías según el tipo de perturbación que suponen en la experiencia temporal.
Para este propósito, se tendrán en cuenta principalmente las propuestas de Thomas Fuchs y de Matthew
Ratcliffe en torno a las psicopatologías mencionadas.
Primero, se expondrá el marco conceptual a partir del cual se explica la experiencia temporal y cómo
esta marca fundamentalmente toda experiencia. Después, se
abordará la experiencia depresiva de tiempo ralentizado. En este caso, se destacará
el rol de la estructura protensional de posibilidades como origen de la experiencia
temporal alterada. Luego, se tratará la experiencia esquizofrénica de tiempo fragmentado. Aquí, la
experiencia se entenderá como el reflejo de una protensión afectada que deriva en una “explicación
patológica” (Fuchs, 2005, p. 101). Por último,
se ofrecerá una síntesis de la comparación de estas patologías en términos del tipo
de afectación que presentan en sus respectivas experiencias temporales.
La estructura básica de la concienci
Para empezar, se expondrá la estructura de la experiencia del tiempo de acuerdo con
la tripartición husserliana entre funciones retencionales, presentacionales y protensionales.
Sobre esto se desarrollará una descripción de la experiencia perceptual
que apela a tres “dinámicas” de la conciencia: tendencia, obstrucción (modalización) y
explicación. Como se verá, esta estructura temporal (inicialmente vista en la
experiencia perceptual) podrá extrapolarse a las otras dimensiones de la conciencia.
En principio, debe señalarse a qué refiere cada función de la mencionada tripartición. En breve,
mientras la presentación remite a la impresión actual instantánea —como una fotografía
(estática) del ahora de la experiencia—, la retención se
orienta hacia el “pasado” y la protensión, hacia el “futuro”. Por un lado, se retiene
lo apenas experienciado; por el otro lado, se proyecta lo que se espera experienciar,
como una anticipación indeterminada. Es en virtud de la coordinación de estas
funciones que se da sentido a la mera sucesión de momentos de la conciencia, es
decir, que se tiene una experiencia temporal (Fuchs, 2013, p. 77). “The result of
temporal constitution is only a universal form of order of succession and a form of
coexistence of all immanent data” (Husserl, §16).
Sin embargo, la estructura (formal) temporal puede entenderse mejor en su íntima relación con la
asociación. La asociación va a ser lo que “encadena” los contenidos dentro de dicha forma. Los
contenidos de la experiencia se asocian de acuerdo con su homogeneidad o heterogeneidad y sin
estos vínculos asociativos la estructura
temporal no podría formar una experiencia continua. “It is the phenomenon of associative genesis
which dominates this sphere of passive pregivenness, established
on the basis of syntheses of internal time-consciousness” (Husserl, §16). A modo
de ejemplo, la experiencia visual del cielo —a este nivel descrita fundamentalmente
en términos de colores— es una experiencia de una misma “cosa” (prolongada en
el tiempo) porque las configuraciones sucesivas de colores —que varían según la
iluminación general y la ubicación en el campo visual— están asociadas entre sí en
virtud de su similitud. Sin la asociación, no solo toda experiencia mostraría pura
multiplicidad sinsentido, sino que la experiencia retenida sería siempre distinta de
la experiencia presente y estas, de la experiencia anticipada.
Una vez explicitadas estas condiciones de posibilidad de una experiencia continua, cabe
mencionar que dicha experiencia supone ya una “distinción” entre el
sujeto y el mundo. Como dos caras de una misma moneda, la sucesión de momentos de la conciencia,
por un lado, y de sus contenidos correspondientes, por el otro,
presentan —dada la estructura temporal y los vínculos asociativos— la unidad de
lo que aparece distinta de la unidad del acto intencional del sujeto. A partir de esto,
se puede pasar a la exposición de lo que comúnmente se denomina atención, y que
Husserl describe como una tendencia:
In general, attention is a tending of the ego toward an intentional object, toward a unity which
“appears” continually in the change of the
modes of its givenness and which belongs to the essential structure
of a specific act of the ego […]. (§18)
La tendencia se entiende como una aproximación del sujeto consciente hacia su
objeto de conciencia, con el propósito de aprehenderlo de maneras diferentes. El
sujeto tiene entonces un rol activo y en este sentido es que Husserl considera la
receptividad como el nivel más básico de la actividad de la conciencia (§17). Es importante
resaltar dos puntos cruciales: primero, que la actividad inherente a la tendencia (perceptual)
está claramente asentada en el cuerpo del sujeto; y, segundo,
que la tendencia va acompañada de interés. Al atender a un objeto, la experiencia
perceptual incluye una particular cinestesia, que puede ir desde mover las pupilas
o la cabeza para seguir el objeto —en una experiencia visual— hasta mover todo el
cuerpo para girar en torno al objeto (§19)3
. El interés, en cambio, puede entenderse como lo que motiva la tendencia: el interés en un
objeto lleva al sujeto a “aproximarse”, para ampliar y profundizar en su percepción de este. Sin
embargo, para
evitar confusión, es necesario aclarar que no se trata de una motivación que lleve
al sujeto a decidir (reflexivamente) que debe atender al objeto. Puesto que se está
tratando el nivel pre-predicativo de la conciencia, tendencia e interés están “fundidos” en la
misma experiencia: la tendencia es ya la expresión del interés; el interés
no es independiente, sino que se expresa únicamente en la tendencia. En palabras
de Husserl: “[the tendency] is not only a progressive having-consciousness-of but a
striving toward a new consciousness in the form of an interest in the enrichment of
the ‘self’ of the object” (§19)4
.
Por su parte, la modalización es una obstrucción particular de la tendencia.
Cuando la tendencia no es obstruida, la exploración del objeto de percepción continúa hasta que
el interés —y con este la tendencia misma— se acaba. Otro caso
sería el de un objeto que desaparece rápidamente (por ejemplo, una estrella fugaz)
y obstruye el desarrollo de la tendencia. Pero es fundamental precisar que, mientras
la tendencia no está siendo obstruida, la conciencia perceptual es del objeto como
existente: “[w]e can say that with this tendency is awakened an interest in the object of
perception as existent […]. The consciousness of its existence is here a belief
in act” (§19, énfasis agregados). Así, la modalización es el tipo de obstrucción de
la tendencia que tiene lugar cuando se modifica el sentido de certeza, esto es, el
sentido del objeto como existente (§21).
Considérese dos casos de modalización (negación y duda) en su relación con
la protensión. Por un lado, está el caso de una expectativa negada por la experiencia
inmediatamente siguiente. Por el otro lado, está el caso de la experiencia de
duda: una experiencia ambigua en la que no se está seguro de cuál posibilidad se
está experienciando —y, por ende, tampoco de qué esperar—. A la base de estas
descripciones aparece constantemente la experiencia de posibilidad, relativa a la
función protensional. El sentido de negación requiere una expectativa (experienciada como
posible), pero además un marco más abarcador de posibilidades —que
incluya incluso la experiencia que niega la expectativa—. No es como si el sujeto
quedara absorto sin poder darle sentido a su experiencia, sino que, más allá de la sorpresa, la
experiencia que contradijo su expectativa también era posible. De la
misma manera, el sentido de duda se funda en las experiencias sobrepuestas de dos
posibilidades enfrentadas.
Cabe resaltar, entonces, tres aspectos fundamentales de la experiencia de posibilidad. Primero,
la experiencia de posibilidad está íntimamente ligada a la función
protensional: se instancia, por ejemplo, en las expectativas. Segundo, la experiencia
de posibilidad se presenta como pura indeterminación, de modo que supone un
marco amplio de posibilidades —si bien admite grados de indeterminación dentro del marco—.
Tercero, la experiencia de posibilidad se presenta con sentido de
certeza, aunque siempre certeza de la indeterminación: al ver un objeto se genera
una expectativa sobre el lado no-visto y se le da sentido a ese lado como existente
pero indeterminado. Husserl aclara: “we are not to think here of logical concepts of
generalizing or classifying generalities but simply of this foremeaning of perception,
such as it is present in perception with its mode of consciousness: that of indeterminateness”
(§21).
Finalmente, la última dinámica de la conciencia a considerar es la explicación.
Esta puede entenderse como el resultado de la tendencia —más allá de sus obstrucciones—.
Considérese un estado contemplativo previo al desarrollo de la tendencia:
el sujeto puede percibir el objeto simplemente como una unidad —sin “querer”
aprehenderlo más profundamente—. No obstante, cuando se activa la tendencia,
se entra en un proceso de explicación (determinación) del objeto. En este sentido,
la explicación es justamente el propósito de la tendencia perceptual: el enriquecimiento del
objeto de conciencia según las propiedades que se le atribuyen a través
de la disposición del sujeto a aprehenderlo de distintas maneras (§22 y ss.)5
. En
consecuencia, en la explicación culmina la dimensión perceptual de la conciencia.
Ahora, es necesario expandir esta descripción a otras dimensiones de la conciencia. En la
dimensión perceptual, Fuchs reconoce que el sentido de la experiencia
tiene una “estructura-como”: la afección (corporal) es experienciada como el objeto
percibido. Empero, las dimensiones afectiva e intersubjetiva involucran más esencialmente una
“estructura-como-si”, a saber, fundada en proyecciones (experiencias
de posibilidad). En la afectividad, el sujeto claramente experiencia sus emociones
por medio de su cuerpo, pero a la vez puede experienciar emociones a partir de
una proyección: por ejemplo, por empatía, como si fuera otra persona o estuviera
en otra situación. Esto ya deja ver su íntima relación con la intersubjetividad. En
esta última, la estructura-como-si se hace más notoria. Según Fuchs: “By tacitly imitating the
mother’s expression, voice, and movements, the baby gradually learns
to feel what she feels. By this implicit learning, the infant’s body gradually becomes
a medium for empathy and the nonverbal understanding of others” (2005, p. 98).
El punto es que la estructura del sentido de las experiencias intersubjetivas —generalmente
ligadas también a experiencias de emociones— remite a proyecciones
del sujeto respecto a otros, como si a través de un proceso interno de “imitación” se
diera sentido a las emociones e intenciones de los demás. Con esto no se dice que
en la percepción no tienen lugar proyecciones, pues la anticipación protensional
ciertamente es un tipo de proyección. Pero, a diferencia de la percepción, el sentido
de la experiencia intersubjetiva reside justamente en las proyecciones.
En síntesis, la estructura temporal, que permea toda experiencia, se mostró a
través de las dinámicas de la conciencia en la percepción: tendencia, obstrucción
(modalización) y explicación. Sobre esta descripción caerá directamente la caracterización de
las psicopatologías en su dimensión perceptual. Sin embargo, gran parte
de esta descripción aplica también a otras dimensiones de la conciencia. Entre los
elementos de la descripción, cabe resaltar la importancia de la experiencia de posibilidad —en
su vínculo con la función protensional— para la siguiente exposición
en torno al trastorno depresivo.
La depresión y la experiencia de posibilidad
Para abordar el trastorno depresivo y explicar su correspondiente experiencia ralentizada del
tiempo, la clave está en la experiencia de posibilidad. Se partirá de la
explicación que desarrolla Fuchs (2001, 2005, 2013), para después confrontarla
con la postura de Ratcliffe (2012). Por medio de estas dos propuestas explicativas,
se llegará a la caracterización de la depresión como una experiencia de “cierre” de
las posibilidades. Finalmente, se mostrará que tal carencia de posibilidades está
fundada en una anomalía al nivel de la síntesis temporal, con lo cual se explica la
alteración (ralentización) de la experiencia del tiempo.
La caracterización que hace Fuchs de la depresión se puede resumir en dos
puntos centrales: la desincronización y el posterior trastorno conativo (2013, p.
95). Por un lado, Fuchs señala que los casos de depresión empiezan con una desincronización del
sujeto con respecto al mundo y a los demás: “A complete desynchronization between individual and
environment is characteristic of melancholic
depression. It ensues when coping with major change fails, es decir. individual
resynchronization mechanisms do not succeed, but break down” (2001, p. 182). A
diferencia de los demás, el depresivo no logra (re)acoplarse a los ciclos biológicos
y sociales que marcan la regularidad en su vida y en su relación con los demás: no
duerme, evita compromisos sociales, etc. Por otro lado, la dimensión conativa se ve afectada: el
sujeto ya no se esfuerza por buscar satisfacción; el apetito y la libido,
por ejemplo, se reducen o se pierden completamente. Pero, en general, el sujeto no
se orienta al futuro: “As a result, the patient’s imagination, the sense of the posible,
fails to generate future goals and plans, leaving the self confined to the present state
of pure bodily restriction” (Fuchs, 2005, p. 99, énfasis agregado). De esta manera,
se explica que la depresión suponga una experiencia ralentizada del tiempo, pues
la desincronización completa —es decir, la falta de resincronización— mantiene
al sujeto por fuera de los ciclos regulares que dan a la experiencia el sentido de
estar dirigida hacia lo siguiente, y, como resultado, la conciencia deja de orientarse
intencionalmente hacia el futuro (trastorno conativo). En últimas, el sujeto termina
viviendo un ahora perpetuo, en el que nada cambia.
Por su parte, el artículo de Ratcliffe discute la postura de Fuchs, primero, al
introducir distinciones adicionales que —según argumenta— le permiten tipificar diferentes casos de
depresión. Pero, en términos más generales, Ratcliffe se
compromete con que la depresión debe entenderse como una perturbación de la
síntesis temporal7
: “Passive synthesis does not become unstructured in depression,
in the way that Fuchs suggests it does in schizophrenia. However, something is absent from its
structure” (p. 121). Según él, el trastorno conativo que postula Fuchs
debe encontrar su fundamento en una anomalía de la mencionada síntesis pasiva.
En su argumento, Ratcliffe vincula la significancia práctica con el sentido de la experiencia como
ofreciendo posibilidades. De esta manera, la experiencia depresiva
del mundo como falto de significancia se conectaría con una falla al nivel de la síntesis pasiva,
pues la experiencia se presenta carente de posibilidades. En el mismo
sentido, la dimensión conativa, aunque no depende necesariamente de esto, sí está
relacionada con el hecho de que la experiencia se presente como ofreciendo posibilidades. Esto
explica que usualmente la carencia de posibilidades —que conlleva la
pérdida de significancia práctica— se experiencie a la vez como un trastorno conativo. En breve,
Ratcliffe sugiere que los casos de depresión muestran una estructura
temporal de la experiencia en la que la función protensional está en algún sentido
inactiva, por lo que se reduce o se pierde la experiencia de posibilidad.
De acuerdo con la anterior caracterización de la experiencia depresiva como falta
de posibilidades, y dado el vínculo previamente planteado entre protensión y experiencia de
posibilidad, es claro en qué sentido se puede considerar la depresión como
una alteración de la síntesis temporal. Para volver sobre el marco conceptual desarrollado, las
consecuencias de la deficiencia de la función protensional y, entonces,
de la carencia de experiencia de posibilidad son casi globales. En la dimensión perceptual,
modalizaciones como la negación —frecuentemente ligada a la experiencia
afectiva de sorpresa o asombro— estaría neutralizada por la falta de expectativas. De
hecho, la tendencia perceptual de la conciencia estaría de principio socavada o anulada, pues no hay
interés. Para que haya tendencia —como expresión de interés— es
necesario que el sujeto esté orientado protensionalmente hacia los nuevos aspectos
que se interesa en aprehender. En consecuencia, deja de haber explicación; en cambio, el sujeto
tiende a quedarse en el momento previo de pura contemplación: ajeno
al mundo. Con respecto a las dimensiones afectiva e intersubjetiva, las consecuencias son quizá más
directas, puesto que estas dimensiones dependen fundamentalmente de que el sujeto pueda proyectarse.
Al disminuir o perder esta capacidad, el
sujeto pierde su “resonancia emocional” y, por consiguiente, se desincroniza de los
demás (Fuchs, 2001, pp. 183-184; 2005, pp. 99-100).
Para terminar, es evidente cómo el común testimonio de una experiencia ralentizada del tiempo se
conecta con la falta de orientación hacia el futuro (protensión).
No obstante, no debe olvidarse que este último es el punto central. La estructura
temporal del depresivo (carente de protensión) supone efectos sobre las otras dos
funciones que constituyen la estructura. Por un lado, dado que la experiencia presente no está
dirigida hacia las posibilidades futuras, se vuelve una experiencia del
tiempo como si fuera estático: “Depressive persons experience a time dilatation,
es decir. they estimate given time intervals to be longer than the actual objectively
measured time” (Fuchs, 2001, p. 184). Por el otro lado, dado que la experiencia no
ofrece posibilidades, el pasado deja de ser algo que puede cambiarse o remediarse
en el futuro. En cambio, la experiencia del pasado se vuelve una fuente de culpa o
nostalgia. De esta forma, incluso testimonios aparentemente opuestos, como de una
experiencia temporal acelerada —usualmente acompañada de angustia con respecto
a la muerte—, pueden explicarse a partir de la carencia de experiencia de posibilidad
(Ratcliffe, p. 115) como una consecuencia de la experiencia alterada del pasado.
La esquizofrenia como una explicación patológica
Por otra parte, la esquizofrenia es caracterizada por Fuchs (2005, 2007, 2013) como
una experiencia temporal fragmentada. Para evidenciar cómo se entiende la fragmentación de la
estructura temporal de la experiencia, se planteará inicialmente la noción de
saliencia aberrante, a la que Kapur (2003) apela en su explicación de la esquizofrenia.
Luego, se expondrá la crítica de Ratcliffe y Broome, para introducir la explicación de
Fuchs. Al final, se mostrará la alteración de la estructura temporal en la esquizofrenia
con respecto a la experiencia de posibilidad y la explicación patológica que conlleva.
Kapur pretende explicar la experiencia de etapas tempranas de esquizofrenia,
para lo cual hace énfasis en la noción de saliencia aberrante. Con saliencia se hace
referencia a un aspecto de la experiencia perceptual que es al mismo tiempo motivacional: como una
forma básica de “querer”, un jalón motivacional que se instancia
directamente en objetos o propiedades presentes en la experiencia7
. Imagínese la
experiencia de finalmente encontrar las llaves tras una ardua búsqueda. La experiencia de buscar las
llaves —orientada intencionalmente hacia el propósito futuro
de, por ejemplo, salir de la casa— hace que el objeto se presente como saliente, es
decir, que sobresalga entre los demás objetos de percepción como el objeto que se
está buscando, como un objeto que motiva la acción de agarrarlo para salir de casa.
A esto, Kapur suma una conexión con el nivel neurobiológico, en el que encuentra
que la dopamina mesolímbica modula la relación de atracción y aversión con los
objetos de conciencia. En este sentido, Kapur explica la esquizofrenia como una
experiencia de saliencia aberrante —incoherente con la relación entre la conciencia
y su entorno—, derivada de un desajuste del mecanismo neurobiológico relevante:
It is postulated that before experiencing psychosis, patients develop
an exaggerated release of dopamine, independent of and out of synchrony with the context. This leads
to the assignment of inappropriate salience and motivational significance to external and internal
stimuli. At its earliest stage this induces a somewhat novel and perplexing state marked by
exaggerated importance of certain percepts
and ideas. (Kapur, p. 15, citado en Ratcliffe y Broome, p. 4)
No obstante, la explicación de Kapur padece de debilidades. La relación con el nivel
neurobiológico reduce la experiencia a las relaciones de atracción y aversión. En consecuencia, el
concepto de saliencia aberrante resume una variedad de distinciones
fenomenológicas, lo cual no permite llevar el análisis hasta la estructura de la experiencia. En
breve, Ratcliffe y Broome critican que más allá de nombrar el fenómeno,
la idea de saliencia aberrante no aporta una explicación. Considérese el fenómeno de
saliencia a la luz del marco conceptual establecido. Podría sugerirse una semejanza
con la idea de interés en Husserl. Se está hablando fundamentalmente del fenómeno de ser atraído (o
repelido) por un objeto (o propiedad) percibido, del interés
expresado en la tendencia a continuar la percepción de algo. La tendencia, además, supone ya una
orientación hacia el futuro, fundada en la función protensional de la
estructura temporal. Con esto, tiene sentido que Ratcliffe y Broome relacionen la
saliencia con la significancia (p. 7). Las llaves encontradas son experienciadas como
salientes en virtud de su significancia, de las posibilidades prácticas que ofrecen. Por
lo tanto, puesto que la significancia en la experiencia depende básicamente de la síntesis temporal,
una explicación de la experiencia de saliencia aberrante debe darse en
términos de la estructura temporal. En tal nivel, se tiene en cuenta el entramado de
relaciones entre la experiencia presente, la retenida, la anticipada, las obstrucciones
de la tendencia que se dan en estas relaciones, la experiencia de posibilidad, etc. En
cambio, la descripción de la experiencia que se sigue de la explicación de Kapur solo
admite los fenómenos de atracción y aversión: “Something might appear threatening,
fascinating, of immediate relevance to current activities, and so forth. Categorization
of stimuli as attractive or aversive will not suffice to capture the diversity” (p. 7).
De otro modo, en la explicación de la esquizofrenia que propone Fuchs pueden
reconocerse dos momentos. Por un lado, hay una perturbación de la estructura
temporal de la experiencia, particularmente en su función protensional. A diferencia de la
depresión, en la esquizofrenia la falla de la protensión conlleva una
desintegración (fragmentación) de la experiencia misma de tiempo. Cuando la estructura temporal está
falta de su función protensional, el sujeto deja de anticipar
la experiencia siguiente y, por ende, deja de captar la significancia que normalmente se compone a
través de la relación entre retención, presentación y protensión.
La experiencia del tiempo deja de ser continua. En cambio, tiene un sentido que
exclusivamente pasa del presente al pasado; como si fuera solamente sentida (en
tercera persona), ya no experienciada por una conciencia inmersa en el mundo8
. Sin
anticipación, el sujeto pierde su sentido de agencia, pues no tiene una experiencia
de la tendencia perceptual como marcada por la actualización de su cinestesia o su
acción. Esto supone, por otro lado, que el sujeto se vea obligado a interpretar su experiencia
activamente: “the automatic constitution of reality is dismanteled and has
to be replaced by active or rational reconstruction” (Fuchs, 2007, p. 234). Esto forma la base de la
que emerge la experiencia de los momentos de la propia conciencia
como intromisiones de una influencia ajena. “The disintegration of the intentional
arc is thus accompanied by an externalization of the fragments: impulses to move
which are not anticipated and cannot be ascribed to one’s own spontaneity must
necessarily be experienced as manipulations of one’s will” (Fuchs, 2013, p. 87).
Para recapitular, la falla de la función protensional que afecta la estructura temporal se refleja
en la falla del sentido de agencia y, por ende, del sentido básico
de autoconciencia. Eventualmente, este vacío de expectativas es llenado por una
hiperreflexión que busca darle sentido a la experiencia. Por último, la experiencia
fragmentada del tiempo termina por presentar los momentos de la conciencia —los
esfuerzos del sujeto por darle sentido a la experiencia— e incluso las propias acciones como una
influencia ajena.
El rol de la experiencia de posibilidad —aplacada por la disfunción protensional—
en la formación de la experiencia del esquizofrénico ha sido evidente desde un principio; pero hace
falta explicitar lo que esto supone en la explicación perceptual, para
entender que Fuchs caracterice la experiencia esquizofrénica como una “explicación
patológica” (2005, p. 101). Como se dijo, la estructura temporal fragmentada implica
una experiencia sinsentido —que requiere una interpretación activa—. Se trata de
una tendencia en constante obstrucción. El esquizofrénico suele tener experiencias
de sorpresa o perplejidad —como una constante modalización de negación—, debido
a la protensión retraída que no logra generar expectativas coherentes con la situación del sujeto en
su entorno. Adicionalmente, la falta de expectativas no inhibe la
introducción de asociaciones inoportunas: “if protention is disturbed, the disactualization of
unsuitable associations or impulses will also fail” (Fuchs, 2013, p. 86). No
es simplemente que la tendencia no se desarrolle, sino que en su desarrollo abundan
las obstrucciones. No solo se trata de una negación constante de sus expectativas retraídas, sino de
la intromisión de asociaciones e impulsos incoherentes y del sentido
de influencia ajena que las acompaña. El resultado es, entonces, lo que Fuchs llama
una explicación patológica, que también puede describirse como una experiencia de
saliencias aberrantes. Cabe decir, además, que este tipo de anomalías se presentan
también en las demás dimensiones de la conciencia9
.
Conclusión
Para concluir, cabe reiterar la importancia de la estructura temporal en la constitución de una
experiencia con sentido. A partir del análisis de tal base puede darse
una explicación más precisa de la fenomenología de las anomalías psicopatológicas.
Según se expuso, la depresión supone una experiencia que, si bien no deja de ser
continua, se vuelve perpetua por la falta de una orientación hacia el futuro —lo cual explica la
experiencia ralentizada del tiempo—. De manera similar, la perturbación
de la estructura temporal en la esquizofrenia está ligada a un problema de la protensión, pero en
este caso sí se rompe (fragmenta) la continuidad de la experiencia
temporal. Así, el resultado de la esquizofrenia puede resumirse en una explicación
patológica, mientras el resultado de la depresión se ve reflejado en la falta de interés
y la predisposición a la inacción.
Finalmente, puede plantearse la pregunta: ¿cuál es la diferencia entre la anomalía protensional que
conlleva una experiencia depresiva y la que conlleva una experiencia esquizofrénica? Claramente la
depresión no suele implicar, por ejemplo,
saliencias aberrantes. Esto quiere decir que la protensión no está afectada al punto
de no poder anticipar el curso de la tendencia perceptual. En cambio, el problema
está de principio en la falta de interés que no motiva la tendencia. El origen sigue
siendo una reducción o carencia de experiencias de posibilidad, pero más específicamente de
experiencias de posibilidad práctica —ligadas a proyectos, planes,
compromisos, relaciones interpersonales, etc.—. En este sentido, hay algo que falta
en la síntesis pasiva, pues la experiencia constituida no ofrece posibilidades. No
obstante, contrasta con la experiencia del esquizofrénico en la cual la síntesis temporal está
completamente quebrada.
Notas:
1 Correo electrónico: saflorezsa2@gmail.com / s.florezs2@uniandes.edu.co
2 Para una comparación sintética de las partes del debate, véase Fernández (2019).
3 La idea de cinestesia (movimiento corporal) como integrante de la tendencia perceptual es
esencial
para entender el sentido de agencia. Con este concepto se hace referencia al aspecto de la
experiencia que se presenta como las posibilidades de movimiento del propio cuerpo. El sentido
de agencia
es fundamental, pues sobre este se funda la distinción entre sujeto y mundo, a partir de la cual
la
conciencia constituye su sentido básico de autorreferencialidad.
4 Nótese que al hablar de tendencia se presupone una experiencia continua. Las funciones que
conforman la estructura temporal están necesariamente presentes en toda tendencia: atender a una
escultura supone la retención de la experiencia anterior y la expectativa (indeterminada) de la
experiencia siguiente, a cada momento mientras se rodea la escultura.
5 Adicionalmente, la explicación también puede ir más allá del objeto, para determinarlo con respecto a
otros, es decir, determinar propiedades relacionales, por ejemplo, “estar encima de” (Husserl, §33 y ss.).
6 No es claro por qué Ratcliffe piensa que para Fuchs la depresión no supone una perturbación de
la estructura temporal. En cualquier caso, Fuchs explicita lo contrario: “The psychotic culmination
of this form of experience in delusions of indelible guilt or imminent death indicates that we are
dealing here with a basal disturbance of constitutive temporality as well” (2013, p. 95).
7 Esta formulación se asemeja a la idea de affordance. Ratcliffe y Broome sostienen una crítica no solo a
la noción de saliencia aberrante de Kapur, sino también al uso que podría darse de la noción de affordance para explicar la experiencia psicopatológica (pp. 14 y ss.). Esta segunda crítica no será objeto de
análisis en este escrito, pues la primera es suficiente para alcanzar el propósito al que se apunta.
8 Esta es a grandes rasgos la idea de experiencia descorporalizada que Fuchs (2005) describe. Los
objetos de conciencia se vuelven apariencias de su perspectiva subjetiva: “the patient is like the
spectator of his perceptive processes” (p. 102).
9 Fuchs comenta que la alienación que se da en la percepción se replica igualmente en la afectividad
y la intersubjetividad. Por ejemplo, presenta un testimonio de una experiencia de influencia ajena
relativa a las propias expresiones faciales del sujeto (2005, p. 102).
Referencias
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Classification. Philosophy, Psychiatry & Psychology, 26(1), pp.
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Fuchs, T. (2005). Corporealized and Disembodied Minds: A Phenomenological
View of the Body in Melancholia and Schizophrenia. Philosophy, Psychiatry, &
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Fuchs, T. (2007). The Temporal Structure of Intentionality and Its Disturbance in
Schizophrenia. Psychopathology, 40, pp. 229-235.
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Sciences, 12, pp. 75-104.
Husserl, E. (1973). Experience and Judgment (James Churchill y Karl Ameriks,
trad.). Routledge & Kegan Paul.
Kapur, S. (2003). Psychosis as a State of Aberrant Salience: A Framework Linking
Biology, Phenomenology, and Pharmacology in Schizophrenia. American Journal
of Psychiatry, 160, pp. 13-23.
Ratcliffe, M. (2012). Varieties of Temporal Experience in Depression. Journal of
Medicine and Philosophy, 37, pp. 114-138.
Ratcliffe, M. y Broome, M. R. (en prensa). Beyond “Salience” and “Affordance”:
Understanding Anomalous Experiences of Significant Possibilities. En: S. Archer (ed.),
Salience. Routledge.