Artículo de Investigación
Vol 3 nº 2
Análisis comparativo de la estructura temporal en casos de depresión y esquizofrenia
Comparative analysis of the temporal structure in cases of depression and schizophrenia
Santiago Flórez Sánchez1
            
Recibido: 01/06/2021 Aprobado: 21/07/2021
Flórez Sánchez, S. (2020). Análisis comparativo de la estructura temporal en casos de depresión y esquizofrenia. Humanitas Hodie. 3(2). H32a4. https://doi.org/10.28970/hh.2020.2.a4
Resumen
A partir del marco teórico de la fenomenología husserliana —afín al reciente
                enfoque dimensional de
                clasificación psicopatológica—, este escrito propone un análisis comparativo de la depresión y la
                esquizofrenia. Tras desarrollar algunas ideas básicas de Husserl (1973) sobre la descripción
                fenomenológica
                de la consciencia temporal, se profundiza en cómo estas bases teóricas pueden fundar una concepción
                de las mencionadas enfermedades mentales. En este sentido, se apela principalmente a Fuchs (2001,
                2005, 2007, 2013) y Ratcliffe (2012), quienes consideran que una anomalía en la experiencia de
                posibilidad (entrañada en la consciencia temporal) daría la clave para precisar tanto la experiencia
                depresiva
                como la esquizofrénica. El resultado de este análisis comparativo señala que la diferencia entre las
                psicopatologías en cuestión recae sobre el carácter de la anomalía de la experiencia de posibilidad:
                mientras la
                depresión apunta a una reducción de experiencias de posibilidad práctica, la esquizofrenia refiere a una
                fragmentación de la consciencia temporal debido a una disfunción protensional.
                Palabras clave: consciencia temporal, depresión, enfoque dimensional, esquizofrenia, experiencia
                de
                posibilidad, fenomenología, psicopatología.
                
            
Abstract
Based on the Husserlian phenomenology theoretical framework —in line with
                the recent dimensional
                approach of psychopathological classification—this paper proposes a comparative analysis of depression
                and schizophrenia. After analyzing some of Husserl’s (1973) basic ideas on the phenomenological
                description of temporal consciousness, this paper addresses how these theoretical bases can create a
                conception of the aforementioned mental diseases. Therefore, we mainly appeal to Fuchs (2001, 2005,
                2007, 2013) and Ratcliffe (2012), who consider that an anomaly in the experience of possibility
                (embedded in temporal consciousness) would provide the key to pinpoint both depressive and schizophrenic
                experience. The result of this comparative analysis points out that the difference between these two
                psychopathologies lies in the nature of the anomaly of the experience of possibility: while depression
                points to a reduction of experiences of practical possibility, schizophrenia refers to a fragmentation
                of
                temporal consciousness due to a protensional dysfunction.
                
                Keywords: Temporal consciousness, depression, dimensional approach, schizophrenia, possibility
                experience, phenomenology, psychopathology
            
Introducción
                    En las últimas décadas, el método fenomenológico —fundado por las investigaciones de Husserl— ha
                    ganado popularidad al analizar enfermedades mentales.
                    La influencia fenomenológica en algunos casos deviene una crítica al modelo de
                    clasificación psicopatológica establecido. El contexto es un debate contemporáneo
                    entre dos propuestas de clasificación: el clásico enfoque categorial —condensado
                    en el dsm— y el reciente enfoque dimensional —patente en el RDoC—. En términos generales, se discute
                    si las enfermedades mentales deben ser catalogadas
                    de acuerdo con listas de síntomas compiladas estadísticamente o deben apelar a
                    dimensiones de la conciencia humana (sin categorías psicopatológicas preestablecidas)2
                    . Aunque las particularidades del debate no son importantes aquí, debe resaltarse que, como se verá,
                    el siguiente análisis: (i) está orientado fundamentalmente
                    a la experiencia del sujeto, es decir, en primera persona; (ii) parte de una concepción
                    (husserliana) de dimensiones (perceptual, motriz, afectiva, intersubjetiva) de
                    la conciencia humana, y (iii) se propone situar dos experiencias patológicas (depresión y
                    esquizofrenia) en dicho marco fenomenológico. 
                    Ahora bien, dentro de una concepción de la conciencia inspirada en Husserl, la
                    idea de síntesis pasiva es central. Una síntesis pasiva puede describirse como una operación
                    prerreflexiva de la conciencia orientada a establecer un acceso significativo al
                    mundo. Pero, entre las distintas síntesis pasivas, la más básica es la síntesis temporal:
                    “Time-consciousness is the original seat of the constitution of the unity of identity in
                    general” (Husserl, §16). La síntesis temporal es la condición de posibilidad primordial
                    de la experiencia con sentido. Por consiguiente, cobran especial importancia los testimonios que
                    describen la depresión como una experiencia ralentizada del tiempo o la esquizofrenia como una
                    experiencia fragmentada del tiempo. “Mental illnesses not
                    only interrupt the continuity of normal life. They can also be accompanied by a radical
                    change in subjective temporality, even to the point of a fragmentation of the experience
                    of the self in time” (Fuchs, 2013, p. 76). En este sentido, el presente análisis comparativo de la
                    depresión y la esquizofrenia está dirigido específicamente a distinguir estas
                    patologías según el tipo de perturbación que suponen en la experiencia temporal.
                    Para este propósito, se tendrán en cuenta principalmente las propuestas de Thomas Fuchs y de Matthew
                    Ratcliffe en torno a las psicopatologías mencionadas.
                    Primero, se expondrá el marco conceptual a partir del cual se explica la experiencia temporal y cómo
                    esta marca fundamentalmente toda experiencia. Después, se
                    abordará la experiencia depresiva de tiempo ralentizado. En este caso, se destacará
                    el rol de la estructura protensional de posibilidades como origen de la experiencia
                    temporal alterada. Luego, se tratará la experiencia esquizofrénica de tiempo fragmentado. Aquí, la
                    experiencia se entenderá como el reflejo de una protensión afectada que deriva en una “explicación
                    patológica” (Fuchs, 2005, p. 101). Por último,
                    se ofrecerá una síntesis de la comparación de estas patologías en términos del tipo
                    de afectación que presentan en sus respectivas experiencias temporales.
                
La estructura básica de la concienci
                        Para empezar, se expondrá la estructura de la experiencia del tiempo de acuerdo con
                        la tripartición husserliana entre funciones retencionales, presentacionales y protensionales.
                        Sobre esto se desarrollará una descripción de la experiencia perceptual
                        que apela a tres “dinámicas” de la conciencia: tendencia, obstrucción (modalización) y
                        explicación. Como se verá, esta estructura temporal (inicialmente vista en la
                        experiencia perceptual) podrá extrapolarse a las otras dimensiones de la conciencia.
                        
                        En principio, debe señalarse a qué refiere cada función de la mencionada tripartición. En breve,
                        mientras la presentación remite a la impresión actual instantánea —como una fotografía
                        (estática) del ahora de la experiencia—, la retención se
                        orienta hacia el “pasado” y la protensión, hacia el “futuro”. Por un lado, se retiene
                        lo apenas experienciado; por el otro lado, se proyecta lo que se espera experienciar,
                        como una anticipación indeterminada. Es en virtud de la coordinación de estas
                        funciones que se da sentido a la mera sucesión de momentos de la conciencia, es
                        decir, que se tiene una experiencia temporal (Fuchs, 2013, p. 77). “The result of
                        temporal constitution is only a universal form of order of succession and a form of
                        coexistence of all immanent data” (Husserl, §16).
                        
                        Sin embargo, la estructura (formal) temporal puede entenderse mejor en su íntima relación con la
                        asociación. La asociación va a ser lo que “encadena” los contenidos dentro de dicha forma. Los
                        contenidos de la experiencia se asocian de acuerdo con su homogeneidad o heterogeneidad y sin
                        estos vínculos asociativos la estructura
                        temporal no podría formar una experiencia continua. “It is the phenomenon of associative genesis
                        which dominates this sphere of passive pregivenness, established
                        on the basis of syntheses of internal time-consciousness” (Husserl, §16). A modo
                        de ejemplo, la experiencia visual del cielo —a este nivel descrita fundamentalmente
                        en términos de colores— es una experiencia de una misma “cosa” (prolongada en
                        el tiempo) porque las configuraciones sucesivas de colores —que varían según la
                        iluminación general y la ubicación en el campo visual— están asociadas entre sí en
                        virtud de su similitud. Sin la asociación, no solo toda experiencia mostraría pura
                        multiplicidad sinsentido, sino que la experiencia retenida sería siempre distinta de
                        la experiencia presente y estas, de la experiencia anticipada.
                        Una vez explicitadas estas condiciones de posibilidad de una experiencia continua, cabe
                        mencionar que dicha experiencia supone ya una “distinción” entre el
                        sujeto y el mundo. Como dos caras de una misma moneda, la sucesión de momentos de la conciencia,
                        por un lado, y de sus contenidos correspondientes, por el otro,
                        presentan —dada la estructura temporal y los vínculos asociativos— la unidad de
                        lo que aparece distinta de la unidad del acto intencional del sujeto. A partir de esto,
                        se puede pasar a la exposición de lo que comúnmente se denomina atención, y que
                        Husserl describe como una tendencia:
                        In general, attention is a tending of the ego toward an intentional object, toward a unity which
                        “appears” continually in the change of the
                        modes of its givenness and which belongs to the essential structure
                        of a specific act of the ego […]. (§18)
                        La tendencia se entiende como una aproximación del sujeto consciente hacia su
                        objeto de conciencia, con el propósito de aprehenderlo de maneras diferentes. El
                        sujeto tiene entonces un rol activo y en este sentido es que Husserl considera la
                        receptividad como el nivel más básico de la actividad de la conciencia (§17). Es importante
                        resaltar dos puntos cruciales: primero, que la actividad inherente a la tendencia (perceptual)
                        está claramente asentada en el cuerpo del sujeto; y, segundo,
                        que la tendencia va acompañada de interés. Al atender a un objeto, la experiencia
                        perceptual incluye una particular cinestesia, que puede ir desde mover las pupilas
                        o la cabeza para seguir el objeto —en una experiencia visual— hasta mover todo el
                        cuerpo para girar en torno al objeto (§19)3
                        . El interés, en cambio, puede entenderse como lo que motiva la tendencia: el interés en un
                        objeto lleva al sujeto a “aproximarse”, para ampliar y profundizar en su percepción de este. Sin
                        embargo, para
                        evitar confusión, es necesario aclarar que no se trata de una motivación que lleve
                        al sujeto a decidir (reflexivamente) que debe atender al objeto. Puesto que se está
                        tratando el nivel pre-predicativo de la conciencia, tendencia e interés están “fundidos” en la
                        misma experiencia: la tendencia es ya la expresión del interés; el interés
                        no es independiente, sino que se expresa únicamente en la tendencia. En palabras
                        de Husserl: “[the tendency] is not only a progressive having-consciousness-of but a
                        striving toward a new consciousness in the form of an interest in the enrichment of
                        the ‘self’ of the object” (§19)4
                        .
                        Por su parte, la modalización es una obstrucción particular de la tendencia.
                        Cuando la tendencia no es obstruida, la exploración del objeto de percepción continúa hasta que
                        el interés —y con este la tendencia misma— se acaba. Otro caso
                        sería el de un objeto que desaparece rápidamente (por ejemplo, una estrella fugaz)
                        y obstruye el desarrollo de la tendencia. Pero es fundamental precisar que, mientras
                        la tendencia no está siendo obstruida, la conciencia perceptual es del objeto como
                        existente: “[w]e can say that with this tendency is awakened an interest in the object of
                        perception as existent […]. The consciousness of its existence is here a belief
                        in act” (§19, énfasis agregados). Así, la modalización es el tipo de obstrucción de
                        la tendencia que tiene lugar cuando se modifica el sentido de certeza, esto es, el
                        sentido del objeto como existente (§21).
                        
                        Considérese dos casos de modalización (negación y duda) en su relación con
                        la protensión. Por un lado, está el caso de una expectativa negada por la experiencia
                        inmediatamente siguiente. Por el otro lado, está el caso de la experiencia de
                        duda: una experiencia ambigua en la que no se está seguro de cuál posibilidad se
                        está experienciando —y, por ende, tampoco de qué esperar—. A la base de estas
                        descripciones aparece constantemente la experiencia de posibilidad, relativa a la
                        función protensional. El sentido de negación requiere una expectativa (experienciada como
                        posible), pero además un marco más abarcador de posibilidades —que
                        incluya incluso la experiencia que niega la expectativa—. No es como si el sujeto
                        quedara absorto sin poder darle sentido a su experiencia, sino que, más allá de la sorpresa, la
                        experiencia que contradijo su expectativa también era posible. De la
                        misma manera, el sentido de duda se funda en las experiencias sobrepuestas de dos
                        posibilidades enfrentadas.
                        Cabe resaltar, entonces, tres aspectos fundamentales de la experiencia de posibilidad. Primero,
                        la experiencia de posibilidad está íntimamente ligada a la función
                        protensional: se instancia, por ejemplo, en las expectativas. Segundo, la experiencia
                        de posibilidad se presenta como pura indeterminación, de modo que supone un
                        marco amplio de posibilidades —si bien admite grados de indeterminación dentro del marco—.
                        Tercero, la experiencia de posibilidad se presenta con sentido de
                        certeza, aunque siempre certeza de la indeterminación: al ver un objeto se genera
                        una expectativa sobre el lado no-visto y se le da sentido a ese lado como existente
                        pero indeterminado. Husserl aclara: “we are not to think here of logical concepts of
                        generalizing or classifying generalities but simply of this foremeaning of perception,
                        such as it is present in perception with its mode of consciousness: that of indeterminateness”
                        (§21).
                        Finalmente, la última dinámica de la conciencia a considerar es la explicación.
                        Esta puede entenderse como el resultado de la tendencia —más allá de sus obstrucciones—.
                        Considérese un estado contemplativo previo al desarrollo de la tendencia:
                        el sujeto puede percibir el objeto simplemente como una unidad —sin “querer”
                        aprehenderlo más profundamente—. No obstante, cuando se activa la tendencia,
                        se entra en un proceso de explicación (determinación) del objeto. En este sentido,
                        la explicación es justamente el propósito de la tendencia perceptual: el enriquecimiento del
                        objeto de conciencia según las propiedades que se le atribuyen a través
                        de la disposición del sujeto a aprehenderlo de distintas maneras (§22 y ss.)5
                        . En
                        consecuencia, en la explicación culmina la dimensión perceptual de la conciencia.
                        Ahora, es necesario expandir esta descripción a otras dimensiones de la conciencia. En la
                        dimensión perceptual, Fuchs reconoce que el sentido de la experiencia
                        tiene una “estructura-como”: la afección (corporal) es experienciada como el objeto
                        percibido. Empero, las dimensiones afectiva e intersubjetiva involucran más esencialmente una
                        “estructura-como-si”, a saber, fundada en proyecciones (experiencias
                        de posibilidad). En la afectividad, el sujeto claramente experiencia sus emociones
                        por medio de su cuerpo, pero a la vez puede experienciar emociones a partir de
                        una proyección: por ejemplo, por empatía, como si fuera otra persona o estuviera
                        en otra situación. Esto ya deja ver su íntima relación con la intersubjetividad. En
                        esta última, la estructura-como-si se hace más notoria. Según Fuchs: “By tacitly imitating the
                        mother’s expression, voice, and movements, the baby gradually learns
                        to feel what she feels. By this implicit learning, the infant’s body gradually becomes
                        a medium for empathy and the nonverbal understanding of others” (2005, p. 98).
                        El punto es que la estructura del sentido de las experiencias intersubjetivas —generalmente
                        ligadas también a experiencias de emociones— remite a proyecciones
                        del sujeto respecto a otros, como si a través de un proceso interno de “imitación” se
                        diera sentido a las emociones e intenciones de los demás. Con esto no se dice que
                        en la percepción no tienen lugar proyecciones, pues la anticipación protensional
                        ciertamente es un tipo de proyección. Pero, a diferencia de la percepción, el sentido
                        de la experiencia intersubjetiva reside justamente en las proyecciones.
                        En síntesis, la estructura temporal, que permea toda experiencia, se mostró a
                        través de las dinámicas de la conciencia en la percepción: tendencia, obstrucción
                        (modalización) y explicación. Sobre esta descripción caerá directamente la caracterización de
                        las psicopatologías en su dimensión perceptual. Sin embargo, gran parte
                        de esta descripción aplica también a otras dimensiones de la conciencia. Entre los
                        elementos de la descripción, cabe resaltar la importancia de la experiencia de posibilidad —en
                        su vínculo con la función protensional— para la siguiente exposición
                        en torno al trastorno depresivo.
                    
La depresión y la experiencia de posibilidad
                    Para abordar el trastorno depresivo y explicar su correspondiente experiencia ralentizada del
                    tiempo, la clave está en la experiencia de posibilidad. Se partirá de la
                    explicación que desarrolla Fuchs (2001, 2005, 2013), para después confrontarla
                    con la postura de Ratcliffe (2012). Por medio de estas dos propuestas explicativas,
                    se llegará a la caracterización de la depresión como una experiencia de “cierre” de
                    las posibilidades. Finalmente, se mostrará que tal carencia de posibilidades está
                    fundada en una anomalía al nivel de la síntesis temporal, con lo cual se explica la
                    alteración (ralentización) de la experiencia del tiempo.
                    La caracterización que hace Fuchs de la depresión se puede resumir en dos
                    puntos centrales: la desincronización y el posterior trastorno conativo (2013, p.
                    95). Por un lado, Fuchs señala que los casos de depresión empiezan con una desincronización del
                    sujeto con respecto al mundo y a los demás: “A complete desynchronization between individual and
                    environment is characteristic of melancholic
                    depression. It ensues when coping with major change fails, es decir. individual
                    resynchronization mechanisms do not succeed, but break down” (2001, p. 182). A
                    diferencia de los demás, el depresivo no logra (re)acoplarse a los ciclos biológicos
                    y sociales que marcan la regularidad en su vida y en su relación con los demás: no
                    duerme, evita compromisos sociales, etc. Por otro lado, la dimensión conativa se ve afectada: el
                    sujeto ya no se esfuerza por buscar satisfacción; el apetito y la libido,
                    por ejemplo, se reducen o se pierden completamente. Pero, en general, el sujeto no
                    se orienta al futuro: “As a result, the patient’s imagination, the sense of the posible,
                    fails to generate future goals and plans, leaving the self confined to the present state
                    of pure bodily restriction” (Fuchs, 2005, p. 99, énfasis agregado). De esta manera,
                    se explica que la depresión suponga una experiencia ralentizada del tiempo, pues
                    la desincronización completa —es decir, la falta de resincronización— mantiene
                    al sujeto por fuera de los ciclos regulares que dan a la experiencia el sentido de
                    estar dirigida hacia lo siguiente, y, como resultado, la conciencia deja de orientarse
                    intencionalmente hacia el futuro (trastorno conativo). En últimas, el sujeto termina
                    viviendo un ahora perpetuo, en el que nada cambia.
                    Por su parte, el artículo de Ratcliffe discute la postura de Fuchs, primero, al
                    introducir distinciones adicionales que —según argumenta— le permiten tipificar diferentes casos de
                    depresión. Pero, en términos más generales, Ratcliffe se
                    compromete con que la depresión debe entenderse como una perturbación de la
                    síntesis temporal7
                    : “Passive synthesis does not become unstructured in depression,
                    in the way that Fuchs suggests it does in schizophrenia. However, something is absent from its
                    structure” (p. 121). Según él, el trastorno conativo que postula Fuchs
                    debe encontrar su fundamento en una anomalía de la mencionada síntesis pasiva.
                    En su argumento, Ratcliffe vincula la significancia práctica con el sentido de la experiencia como
                    ofreciendo posibilidades. De esta manera, la experiencia depresiva
                    del mundo como falto de significancia se conectaría con una falla al nivel de la síntesis pasiva,
                    pues la experiencia se presenta carente de posibilidades. En el mismo
                    sentido, la dimensión conativa, aunque no depende necesariamente de esto, sí está
                    relacionada con el hecho de que la experiencia se presente como ofreciendo posibilidades. Esto
                    explica que usualmente la carencia de posibilidades —que conlleva la
                    pérdida de significancia práctica— se experiencie a la vez como un trastorno conativo. En breve,
                    Ratcliffe sugiere que los casos de depresión muestran una estructura
                    temporal de la experiencia en la que la función protensional está en algún sentido
                    inactiva, por lo que se reduce o se pierde la experiencia de posibilidad.
                    De acuerdo con la anterior caracterización de la experiencia depresiva como falta
                    de posibilidades, y dado el vínculo previamente planteado entre protensión y experiencia de
                    posibilidad, es claro en qué sentido se puede considerar la depresión como
                    una alteración de la síntesis temporal. Para volver sobre el marco conceptual desarrollado, las
                    consecuencias de la deficiencia de la función protensional y, entonces,
                    de la carencia de experiencia de posibilidad son casi globales. En la dimensión perceptual,
                    modalizaciones como la negación —frecuentemente ligada a la experiencia
                    afectiva de sorpresa o asombro— estaría neutralizada por la falta de expectativas. De
                    hecho, la tendencia perceptual de la conciencia estaría de principio socavada o anulada, pues no hay
                    interés. Para que haya tendencia —como expresión de interés— es
                    necesario que el sujeto esté orientado protensionalmente hacia los nuevos aspectos
                    que se interesa en aprehender. En consecuencia, deja de haber explicación; en cambio, el sujeto
                    tiende a quedarse en el momento previo de pura contemplación: ajeno
                    al mundo. Con respecto a las dimensiones afectiva e intersubjetiva, las consecuencias son quizá más
                    directas, puesto que estas dimensiones dependen fundamentalmente de que el sujeto pueda proyectarse.
                    Al disminuir o perder esta capacidad, el
                    sujeto pierde su “resonancia emocional” y, por consiguiente, se desincroniza de los
                    demás (Fuchs, 2001, pp. 183-184; 2005, pp. 99-100).
                    Para terminar, es evidente cómo el común testimonio de una experiencia ralentizada del tiempo se
                    conecta con la falta de orientación hacia el futuro (protensión).
                    No obstante, no debe olvidarse que este último es el punto central. La estructura
                    temporal del depresivo (carente de protensión) supone efectos sobre las otras dos
                    funciones que constituyen la estructura. Por un lado, dado que la experiencia presente no está
                    dirigida hacia las posibilidades futuras, se vuelve una experiencia del
                    tiempo como si fuera estático: “Depressive persons experience a time dilatation,
                    es decir. they estimate given time intervals to be longer than the actual objectively
                    measured time” (Fuchs, 2001, p. 184). Por el otro lado, dado que la experiencia no
                    ofrece posibilidades, el pasado deja de ser algo que puede cambiarse o remediarse
                    en el futuro. En cambio, la experiencia del pasado se vuelve una fuente de culpa o
                    nostalgia. De esta forma, incluso testimonios aparentemente opuestos, como de una
                    experiencia temporal acelerada —usualmente acompañada de angustia con respecto
                    a la muerte—, pueden explicarse a partir de la carencia de experiencia de posibilidad
                    (Ratcliffe, p. 115) como una consecuencia de la experiencia alterada del pasado.
                
La esquizofrenia como una explicación patológica
                    Por otra parte, la esquizofrenia es caracterizada por Fuchs (2005, 2007, 2013) como
                    una experiencia temporal fragmentada. Para evidenciar cómo se entiende la fragmentación de la
                    estructura temporal de la experiencia, se planteará inicialmente la noción de
                    saliencia aberrante, a la que Kapur (2003) apela en su explicación de la esquizofrenia.
                    Luego, se expondrá la crítica de Ratcliffe y Broome, para introducir la explicación de
                    Fuchs. Al final, se mostrará la alteración de la estructura temporal en la esquizofrenia
                    con respecto a la experiencia de posibilidad y la explicación patológica que conlleva.
                    
                    Kapur pretende explicar la experiencia de etapas tempranas de esquizofrenia,
                    para lo cual hace énfasis en la noción de saliencia aberrante. Con saliencia se hace
                    referencia a un aspecto de la experiencia perceptual que es al mismo tiempo motivacional: como una
                    forma básica de “querer”, un jalón motivacional que se instancia
                    directamente en objetos o propiedades presentes en la experiencia7
                    . Imagínese la
                    experiencia de finalmente encontrar las llaves tras una ardua búsqueda. La experiencia de buscar las
                    llaves —orientada intencionalmente hacia el propósito futuro
                    de, por ejemplo, salir de la casa— hace que el objeto se presente como saliente, es
                    decir, que sobresalga entre los demás objetos de percepción como el objeto que se
                    está buscando, como un objeto que motiva la acción de agarrarlo para salir de casa.
                    A esto, Kapur suma una conexión con el nivel neurobiológico, en el que encuentra
                    que la dopamina mesolímbica modula la relación de atracción y aversión con los
                    objetos de conciencia. En este sentido, Kapur explica la esquizofrenia como una
                    experiencia de saliencia aberrante —incoherente con la relación entre la conciencia
                    y su entorno—, derivada de un desajuste del mecanismo neurobiológico relevante:
                    
                    It is postulated that before experiencing psychosis, patients develop
                    an exaggerated release of dopamine, independent of and out of synchrony with the context. This leads
                    to the assignment of inappropriate salience and motivational significance to external and internal
                    stimuli. At its earliest stage this induces a somewhat novel and perplexing state marked by
                    exaggerated importance of certain percepts
                    and ideas. (Kapur, p. 15, citado en Ratcliffe y Broome, p. 4)
                    
                    No obstante, la explicación de Kapur padece de debilidades. La relación con el nivel
                    neurobiológico reduce la experiencia a las relaciones de atracción y aversión. En consecuencia, el
                    concepto de saliencia aberrante resume una variedad de distinciones
                    fenomenológicas, lo cual no permite llevar el análisis hasta la estructura de la experiencia. En
                    breve, Ratcliffe y Broome critican que más allá de nombrar el fenómeno,
                    la idea de saliencia aberrante no aporta una explicación. Considérese el fenómeno de
                    saliencia a la luz del marco conceptual establecido. Podría sugerirse una semejanza
                    con la idea de interés en Husserl. Se está hablando fundamentalmente del fenómeno de ser atraído (o
                    repelido) por un objeto (o propiedad) percibido, del interés
                    expresado en la tendencia a continuar la percepción de algo. La tendencia, además, supone ya una
                    orientación hacia el futuro, fundada en la función protensional de la
                    estructura temporal. Con esto, tiene sentido que Ratcliffe y Broome relacionen la
                    saliencia con la significancia (p. 7). Las llaves encontradas son experienciadas como
                    salientes en virtud de su significancia, de las posibilidades prácticas que ofrecen. Por
                    lo tanto, puesto que la significancia en la experiencia depende básicamente de la síntesis temporal,
                    una explicación de la experiencia de saliencia aberrante debe darse en
                    términos de la estructura temporal. En tal nivel, se tiene en cuenta el entramado de
                    relaciones entre la experiencia presente, la retenida, la anticipada, las obstrucciones
                    de la tendencia que se dan en estas relaciones, la experiencia de posibilidad, etc. En
                    cambio, la descripción de la experiencia que se sigue de la explicación de Kapur solo
                    admite los fenómenos de atracción y aversión: “Something might appear threatening,
                    fascinating, of immediate relevance to current activities, and so forth. Categorization
                    of stimuli as attractive or aversive will not suffice to capture the diversity” (p. 7).
                    
                    De otro modo, en la explicación de la esquizofrenia que propone Fuchs pueden
                    reconocerse dos momentos. Por un lado, hay una perturbación de la estructura
                    temporal de la experiencia, particularmente en su función protensional. A diferencia de la
                    depresión, en la esquizofrenia la falla de la protensión conlleva una
                    desintegración (fragmentación) de la experiencia misma de tiempo. Cuando la estructura temporal está
                    falta de su función protensional, el sujeto deja de anticipar
                    la experiencia siguiente y, por ende, deja de captar la significancia que normalmente se compone a
                    través de la relación entre retención, presentación y protensión.
                    La experiencia del tiempo deja de ser continua. En cambio, tiene un sentido que
                    exclusivamente pasa del presente al pasado; como si fuera solamente sentida (en
                    tercera persona), ya no experienciada por una conciencia inmersa en el mundo8
                    . Sin
                    anticipación, el sujeto pierde su sentido de agencia, pues no tiene una experiencia
                    de la tendencia perceptual como marcada por la actualización de su cinestesia o su
                    acción. Esto supone, por otro lado, que el sujeto se vea obligado a interpretar su experiencia
                    activamente: “the automatic constitution of reality is dismanteled and has
                    to be replaced by active or rational reconstruction” (Fuchs, 2007, p. 234). Esto forma la base de la
                    que emerge la experiencia de los momentos de la propia conciencia
                    como intromisiones de una influencia ajena. “The disintegration of the intentional
                    arc is thus accompanied by an externalization of the fragments: impulses to move
                    which are not anticipated and cannot be ascribed to one’s own spontaneity must
                    necessarily be experienced as manipulations of one’s will” (Fuchs, 2013, p. 87).
                    
                    Para recapitular, la falla de la función protensional que afecta la estructura temporal se refleja
                    en la falla del sentido de agencia y, por ende, del sentido básico
                    de autoconciencia. Eventualmente, este vacío de expectativas es llenado por una
                    hiperreflexión que busca darle sentido a la experiencia. Por último, la experiencia
                    fragmentada del tiempo termina por presentar los momentos de la conciencia —los
                    esfuerzos del sujeto por darle sentido a la experiencia— e incluso las propias acciones como una
                    influencia ajena.
                    
                    El rol de la experiencia de posibilidad —aplacada por la disfunción protensional—
                    en la formación de la experiencia del esquizofrénico ha sido evidente desde un principio; pero hace
                    falta explicitar lo que esto supone en la explicación perceptual, para
                    entender que Fuchs caracterice la experiencia esquizofrénica como una “explicación
                    patológica” (2005, p. 101). Como se dijo, la estructura temporal fragmentada implica
                    una experiencia sinsentido —que requiere una interpretación activa—. Se trata de
                    una tendencia en constante obstrucción. El esquizofrénico suele tener experiencias
                    de sorpresa o perplejidad —como una constante modalización de negación—, debido
                    a la protensión retraída que no logra generar expectativas coherentes con la situación del sujeto en
                    su entorno. Adicionalmente, la falta de expectativas no inhibe la
                    introducción de asociaciones inoportunas: “if protention is disturbed, the disactualization of
                    unsuitable associations or impulses will also fail” (Fuchs, 2013, p. 86). No
                    es simplemente que la tendencia no se desarrolle, sino que en su desarrollo abundan
                    las obstrucciones. No solo se trata de una negación constante de sus expectativas retraídas, sino de
                    la intromisión de asociaciones e impulsos incoherentes y del sentido
                    de influencia ajena que las acompaña. El resultado es, entonces, lo que Fuchs llama
                    una explicación patológica, que también puede describirse como una experiencia de
                    saliencias aberrantes. Cabe decir, además, que este tipo de anomalías se presentan
                    también en las demás dimensiones de la conciencia9
                    .
                
Conclusión
                    Para concluir, cabe reiterar la importancia de la estructura temporal en la constitución de una
                    experiencia con sentido. A partir del análisis de tal base puede darse
                    una explicación más precisa de la fenomenología de las anomalías psicopatológicas.
                    Según se expuso, la depresión supone una experiencia que, si bien no deja de ser
                    continua, se vuelve perpetua por la falta de una orientación hacia el futuro —lo cual explica la
                    experiencia ralentizada del tiempo—. De manera similar, la perturbación
                    de la estructura temporal en la esquizofrenia está ligada a un problema de la protensión, pero en
                    este caso sí se rompe (fragmenta) la continuidad de la experiencia
                    temporal. Así, el resultado de la esquizofrenia puede resumirse en una explicación
                    patológica, mientras el resultado de la depresión se ve reflejado en la falta de interés
                    y la predisposición a la inacción.
                    Finalmente, puede plantearse la pregunta: ¿cuál es la diferencia entre la anomalía protensional que
                    conlleva una experiencia depresiva y la que conlleva una experiencia esquizofrénica? Claramente la
                    depresión no suele implicar, por ejemplo,
                    saliencias aberrantes. Esto quiere decir que la protensión no está afectada al punto
                    de no poder anticipar el curso de la tendencia perceptual. En cambio, el problema
                    está de principio en la falta de interés que no motiva la tendencia. El origen sigue
                    siendo una reducción o carencia de experiencias de posibilidad, pero más específicamente de
                    experiencias de posibilidad práctica —ligadas a proyectos, planes,
                    compromisos, relaciones interpersonales, etc.—. En este sentido, hay algo que falta
                    en la síntesis pasiva, pues la experiencia constituida no ofrece posibilidades. No
                    obstante, contrasta con la experiencia del esquizofrénico en la cual la síntesis temporal está
                    completamente quebrada.
                    
                        Notas:
                    
                
1 Correo electrónico: saflorezsa2@gmail.com / s.florezs2@uniandes.edu.co
                    
2 Para una comparación sintética de las partes del debate, véase Fernández (2019).
                    
3 La idea de cinestesia (movimiento corporal) como integrante de la tendencia perceptual es
                        esencial
                        para entender el sentido de agencia. Con este concepto se hace referencia al aspecto de la
                        experiencia que se presenta como las posibilidades de movimiento del propio cuerpo. El sentido
                        de agencia
                        es fundamental, pues sobre este se funda la distinción entre sujeto y mundo, a partir de la cual
                        la
                        conciencia constituye su sentido básico de autorreferencialidad.
                        
4 Nótese que al hablar de tendencia se presupone una experiencia continua. Las funciones que
                        conforman la estructura temporal están necesariamente presentes en toda tendencia: atender a una
                        escultura supone la retención de la experiencia anterior y la expectativa (indeterminada) de la
                        experiencia siguiente, a cada momento mientras se rodea la escultura.
                        
5 Adicionalmente, la explicación también puede ir más allá del objeto, para determinarlo con respecto a
                        otros, es decir, determinar propiedades relacionales, por ejemplo, “estar encima de” (Husserl, §33 y ss.).
                        
6 No es claro por qué Ratcliffe piensa que para Fuchs la depresión no supone una perturbación de
                        la estructura temporal. En cualquier caso, Fuchs explicita lo contrario: “The psychotic culmination
                        of this form of experience in delusions of indelible guilt or imminent death indicates that we are
                        dealing here with a basal disturbance of constitutive temporality as well” (2013, p. 95).
                        
7 Esta formulación se asemeja a la idea de affordance. Ratcliffe y Broome sostienen una crítica no solo a
                        la noción de saliencia aberrante de Kapur, sino también al uso que podría darse de la noción de affordance para explicar la experiencia psicopatológica (pp. 14 y ss.). Esta segunda crítica no será objeto de
                        análisis en este escrito, pues la primera es suficiente para alcanzar el propósito al que se apunta.
                        
8 Esta es a grandes rasgos la idea de experiencia descorporalizada que Fuchs (2005) describe. Los
                        objetos de conciencia se vuelven apariencias de su perspectiva subjetiva: “the patient is like the
                        spectator of his perceptive processes” (p. 102).
                        
9 Fuchs comenta que la alienación que se da en la percepción se replica igualmente en la afectividad
                        y la intersubjetividad. Por ejemplo, presenta un testimonio de una experiencia de influencia ajena
                        relativa a las propias expresiones faciales del sujeto (2005, p. 102).
                        
Referencias
Fernández, A. V. (2019). Phenomenology and Dimensional Approaches to Psychiatric Research and
                            Classification. Philosophy, Psychiatry & Psychology, 26(1), pp.
                            65-75.
                            
Fuchs, T. (2001). Melancholia as a Desynchronization: Towards a Psychopathology
                            of Interpersonal Time. Psychopathology, 34, pp. 179-186.
                            
Fuchs, T. (2005). Corporealized and Disembodied Minds: A Phenomenological
                            View of the Body in Melancholia and Schizophrenia. Philosophy, Psychiatry, &
                            Psychology, 12(2), pp. 95-107.
                            
Fuchs, T. (2007). The Temporal Structure of Intentionality and Its Disturbance in
                            Schizophrenia. Psychopathology, 40, pp. 229-235.
                            
Fuchs, T. (2013). Temporality and Psychopathology. Phenomenology and the Cognitive
                            Sciences, 12, pp. 75-104.
                            
Husserl, E. (1973). Experience and Judgment (James Churchill y Karl Ameriks,
                            trad.). Routledge & Kegan Paul.
                            
Kapur, S. (2003). Psychosis as a State of Aberrant Salience: A Framework Linking
                            Biology, Phenomenology, and Pharmacology in Schizophrenia. American Journal
                            of Psychiatry, 160, pp. 13-23.
                            
Ratcliffe, M. (2012). Varieties of Temporal Experience in Depression. Journal of
                            Medicine and Philosophy, 37, pp. 114-138.
                            
Ratcliffe, M. y Broome, M. R. (en prensa). Beyond “Salience” and “Affordance”:
                            Understanding Anomalous Experiences of Significant Possibilities. En: S. Archer (ed.),
                            Salience. Routledge.
            

